Y así, como quién no quiere la cosa, llegamos, nuevamente al último día del año. Recuerdo hace exactamente 365 días atrás, cuando pensaba en el 2017 y sabía que cosas buenas iba a traer mi 7 de la suerte. Y así fue. Este año al que le quedan horas ha sido maravilloso, para mí y para mucha gente que quiero. Sin embargo, no ha sido así para todo el mundo. Para otros no funcionó mi 7 de la suerte, y de todas, todas, este 2017 ha sido el peor de sus vidas, el que nunca hubieran ni tan sólo haber podido atisbar mientras se comían las uvas de, qué ironía, la suerte.
Lo siento tanto. Lo siento tantísimo. Mi 7 de la suerte no llegó a todo el mundo. Pero ya os expliqué el año pasado que es así y, por mucho que me duela, va a seguir siendo así. Es la Teoría de los Equilibrios: para que a unos les vaya bien, tiene que haber otros a los que les vaya mal. Y esto es de esta manera siempre, cíclico. Aunque, también os lo conté, no siempre funciona en la misma dirección. Y llega un momento en el que cambian las tornas y a aquellos a los que les fue mal, les empieza a ir bien. Sí, y al revés, no se puede hacer nada, funciona así.