Todavía recuerdo la primera vez que pisé París. Fue hace 8 años. Como en otros destinos, estábamos emocionados por visitar por primera vez la ciudad del amor. Fue exactamente por estas fechas, en el puente de diciembre, y fue maravilloso conocer un París con frío, navideño y absolutamente mágico. Hicimos todo lo que hacen las parejas enamoradas en París: pasear por el Sena, subir a lo alto del arco de Triunfo y contemplar París, recorrer Montmartre, contar las gárgolas de Notre Dame, besarnos bajo la Torre Eiffel, visitar el Louvre, cenar en Le Train Bleu (os lo recomiendo muchísimo), comer unos ricos macarons de Ladurée, caminar por el paseo de los Campos Elíseos curioseando en las paraditas navideñas y comiéndonos ricas manzanas cubiertas de caramelo... fue maravilloso.
Ya no sé cuántas veces lo he dicho. Ojalá vivir muchas vidas para casarme (siempre con el mismo, ¡claro!). Me encantaría ser una novia de invierno, y casarme con un precioso vestido con mangas, un abrigo, unos guantes... creo que podría perfectamente casarme de nuevo, tal cual, con cualquiera de estas dos propuestas que os enseño hoy.
Los vestidos de novia de Dánae Tobajas Couture han sido todo un descubrimiento. No sabría con cuál quedarme; son dos estilos diferentes pero preciosos. Tengo que decir que si tuviera que empezar por uno, creo que lo haría con el de encaje, volante y plumeti.
Y ya lo que me enamora es la preciosa capa de terciopelo rosa, ¿no es divina? Yo que soy tan pink, creo que sin duda sería uno de mis complementos indispensables en una novia de invierno.
Los vestidos de novia de Dánae Tobajas Couture han sido todo un descubrimiento. No sabría con cuál quedarme; son dos estilos diferentes pero preciosos. Tengo que decir que si tuviera que empezar por uno, creo que lo haría con el de encaje, volante y plumeti.
Y ya lo que me enamora es la preciosa capa de terciopelo rosa, ¿no es divina? Yo que soy tan pink, creo que sin duda sería uno de mis complementos indispensables en una novia de invierno.