Todavía recuerdo cuando mi marido (entonces novio) y yo nos fuimos a vivir juntos a nuestro nuevo hogar. Era nuestro inicio de vida en común, de vida 24h. bajo el mismo techo. Recuerdo lo emocionada que estaba decorando mi nueva casa. Estaba totalmente vacía, la reformamos entera y la llenamos con detalles que nos hicieron sentir precisamente eso, que estábamos en nuestra casa, en nuestro hogar. Fueron unos meses de mirar revistas de decoración, tiendas, webs y de comprar muebles online. Dimos con una tienda española de muebles de fabricación propia, Menamobel, en la que encontramos mucha inspiración para nuestra home sweet home.
No me resultó nada cansado; más bien fue muy divertido, como un juego. Compramos nuestro sofá con toda la ilusión del mundo, pensando en cuántas tardes de invierno pasaríamos en él, bajo una mantita y con una taza de café caliente, acurrucaditos viendo una de esas pelis antiguas que tanto nos gustan. Recuerdo que pasamos días buscando dónde comprar mesas de centro, porque sabíamos que íbamos a utilizar más este tipo de mesas en nuestro día a día que la grande del comedor.