Me voy a volver un poco repetitiva con los comentarios positivos en las crónicas de las nuevas colecciones novia y fiesta que pudimos ver en la pasada Pasarela Gaudí Novias, en la Barcelona Bridal Week. Pero otro de los diseñadores que me enamoró fue Jesús Peiró, que presentó su nueva colección de novias “Perfume” de la mano de Merche Segarra, Directora Creativa de la marca. Un desfile ambientado con el perfume creado en exclusiva por el reconocido perfumista Daniel Josier para esta colección y que el diseñador nos regaló a periodistas y bloggers y que os aseguro que huele maravillosamente. 

Una elegante y grande flor puso la escenografía del desfile de Jesús Peiró como homenaje a las más delicadas esencias, los perfumes, que han encendido la inspiración de su diseñadora, Merche Segarra, en un esmerado trabajo de creación. Con una combinación infinita de ingredientes, cada fragancia abre un mundo mágico y original, que adquiere su propio carácter. A veces son las flores, las maderas o un toque frutal; otras las especias, los animales exóticos y hasta los fósiles como el ámbar. Una gota más y todo cambia. Así son los vestidos de novia de la colección: únicos, como cada perfume. “La inspiración me llegó en París, en el viaje de compra de tejidos que hacemos cada temporada. Me di cuenta que no parábamos de fijarnos en perfumes. Allí donde íbamos nos llamaban la atención los perfumes y sus matices. Los frascos, los tonos de las esencias, los detalles decorativos, las fragancias... Entonces, pensé que un mismo perfume huele diferente según quién lo lleve, al igual que un mismo vestido de novia sienta diferente a cada mujer, y decidí que esa sería la inspiración de la nueva colección.” explicaba Merche Segarra.

La novedad de la colección de Jesús Peiró para el 2015 viene de la mano de un profundo desarrollo de líneas que acompañan a la silueta, con aberturas diferentes en el perímetro de base. Aunque se tiende a hacer cada vez los trajes más blandos y suaves, las siluetas se urden a base de volúmenes muy diferentes. Los trajes en bola a partir de la cintura, con pliegues encarados que los enriquecen en tejido, despliegan la majestuosidad de las faldas de forma ligera y moderna. Más estilizados en su proporción, los cortes en cadera, a base de pinzados simétricos, acaban en evasés exagerados. Los cortes imperio se ablandan con estructuras más ligeras. Por último, el dramático corte sirena, aporta un punto muy actual. Como resumen, las siluetas dejan protagonismo al peso del tejido y a su movimiento.

Dentro de los tejidos, el encaje chantilly es uno de los protagonistas de esta colección. Se usa en distintas proporciones, en mezcla con otros tejidos. Su adaptabilidad y sus micro-diseños aportan novedad cuando se utilizan con formas y elementos nuevos como el croppel top, una prenda en tendencia. Los tules están presentes en acabados muy diferentes, con manos distintas, y hasta tonos tomados que van del ivory al té, creando una gama dulce y romántica, aunque según la fantasía que los acompañe, dibujan acordes nuevos y combinaciones sorprendentes. Los tejidos lisos, son mucho más fluidos, su peso es mayor, y crean unos perfiles ópticos muy atractivos. Los motivos son claramente geométricos, también en sintonía con las tendencias de moda. Rayas, topos, lunares y cenefas se equilibran con unas líneas muy depuradas en sus perfiles. Las fantasías parecen gráficos en falsos lisos y bordados, o crean gofrados en plata con lino, o en raso de seda. Los bordados de mini motivos y cuentas de cristal o metal, aportan personalidad y moda.

En cuanto a color, aunque manda un tono ivory limpio, y la colección transcurre en gran parte en clave de off White, el blanco tiza aparece en los bordados. El té desvaído colorea tules, el plata claro los gofrados y las nacarinas, los vestidos-joya. Un apunte ámbar remite a la inspiración de la colección: el perfume y su cálido tono dorado. En cuanto a detalles, los cabujones en cristal gris piedra contrastan con los crepes manteca, en siluetas fluidas a las que aportan un toque de joya clásica. El brillo del cristal se enlaza con los blancos clásicos y con las transparencias. El oro envejecido y el cobre combinan con los tules de todos los tonos. En su construcción, las lazadas se mantienen firmes, con giros bien dibujados y se mezclan con toques de brillo o con vaporosos pétalos geométricos.

Jesús Peiró presentó en el desfile su nueva fragancia, con la que nos obsequió, y no pudo elegir mejor escenario ya que el desfile estaba ambientado en el mundo del perfume. En los maravillosos flaçons de las primeras fragancias, en sus infinitos y extraordinarios ingredientes, y en todo lo que despierta un perfume cuando una gota de su dorado líquido resbala por el cuello de la mujer. Son conceptos que han dejado en la colección las mezclas de tejidos, los detalles de cristal concebidos como gotas, las líneas geométricas complejas, o el movimiento de los vestidos cómo un rastro perfumado.

La fórmula es una creación de Daniel Josier, uno de los perfumistas más reconocidos del momento, autor de fragancias para maisons de prestigio como Puig, Yves Rocher o l’Occitane; que ha desarrollado el perfume para Jesús Peiró dentro de su proyecto personal L’Atelier del Perfume.

La nueva fragancia de Jesús Peiró es un eau de toilette fresco pero con carácter, es alegre y femenino; elegante y moderno en su concepto. En su pirámide olfativa predominan los cítricos, con toques de especies y alguna sorpresa. En sus notas de salida, la fragancia se abre con un acorde chispeante, mediterráneo y alegre, a base de limón, naranja, bergamota italiana y mandarina de Sicilia. En el corazón, desvela su exotismo el intenso cardamomo, que crea sorprendentes notas de contraste con la calidez de la yerba matey el renovado frescor que aporta el verde y cítrico petitgrain. En el fondo, la fragancia se despide con el toque dulzón del caramelo, y la fuerza sensual del preciado musk. Delicada, intesamente fresca, Jesús Peiró es una fragancia con emoción. El perfume de una novia que viste Jesús Peiró.