El 2013 no ha sido un buen año para mucha gente. Estoy viendo en todas las redes sociales estados que desean que se acabe ya este año y empiece uno nuevo que traiga un poco de aire fresco que nos deje respirar. Obviamente, es tontería decirle a alguien que ha perdido su trabajo, que no encuentra otro, que no llega a fin de mes, que le quitan la casa en la que ha vivido toda la vida, que no pierda la fe, que luche, que siga soñando... porque está claro que los sueños no pagan facturas. Es difícil, hasta para mí es difícil. Cada uno, en nuestra medida, tenemos nuestros problemas, nuestras preocupaciones, nuestras crisis.

Pero tengo que ser justa y decir que, pese a todo, el 2013 ha sido un año que me ha dejado muchas cosas buenas. Me he dado cuenta de que he aprendido a luchar y a afrontar los problemas según van viniendo. Algunos siguen ahí, otros se han reconvertido en algo menor. Me he hecho más fuerte. Y estoy muy orgullosa de mí misma. Quizás seremos más pobres, pero yo particularmente, me siento más feliz que nunca y con más ganas de seguir luchando. De verdad, es así y tiene que ser así. Y ya sé que cuesta. Aunque a veces, pensamos que la vida nos dice NO, cuando lo que nos está diciendo realmente es ESPERA. Hay que tener paciencia. Porque el día que ya no podamos más, ese día, lo podremos todo.

Y ser positivos. La positividad nos permite tener la mente despejada y avanzar. Porque si no, nos atascamos en aquella puerta que se ha cerrado y no nos damos cuenta de que justo ahí delante, sólo un poco más allá de donde estamos, hay una ventana que acaba de abrirse.

Y soñar. Porque soñar todavía sigue siendo gratis. Estos días os he dicho que estoy con mi lista de objetivos y deseos para 2014. La hago cada año. Y al llegar el último día, antes de cambiar de número, me paro a ver qué he conseguido, qué no, y por qué. Y entonces me planteo el año nuevo. Os confieso que para el 2014 me he propuesto retos muy altos. Y en ocasiones, cosas que no os cuento porque pensaréis que estoy chalada :-) Pero os juro que lo voy a intentar. 

Este 2013 no será el mejor ni el peor año de mi vida, pero me deja momentos inolvidables y gente increíble, gente que ya estaba ahí y que me ha demostrado a lo largo de los 365 días que está en mi vida porque lo tiene que estar, gente que me ayuda cada día, que me anima en mis proyectos y locuras, que me escucha, que me levanta cuando me caigo, que me da la mano y el hombro cuando lo necesito. Gente auténtica que hace que mi vida tenga sentido. Soy muy afortunada. Y gente que he ido encontrando por el camino durante este 2013, gente que salió de una de mis grandes pasiones, el mundo online, y que ya forman parte de mi círculo de personas especiales. Gente con ilusión, gente buena, solidaria, que ayuda, que no se pisa ni se empuja, gente de corazón. Consejo: rodearos de esa gente, y pasad de esa gente tóxica, que te hunde y amarga la existencia. Porque eso, os lo digo yo, hacedme caso que tengo un máster en esto, os ayudará a buscar esa luz al final del túnel.

Yo voy a pasar esta noche en familia, con mi mami a la que adoro y a la que quiero y admiro hasta el infinito y más allá, con mi marido, mi adorable perrita Kira y gente que me hace reír y olvidarme por un ratito que la vida te lo pone difícil. Pero quiero pensar que lo hace para hacernos más fuertes y para que sepamos apreciar los buenos momentos.

Así que amig@s, sólo me queda desearos un muy feliz año 2014. Como se pueda, pero vividlo como si fuera el último y cread esos pequeños momentos que hacen que la vida merezca la pena. Como dice la famosa marca de embutidos: "que nada ni nadie nos quite nuestra manera de disfrutar de la vida.".  

Y nunca, nunca, nunca dejéis de sonar.

¡FELIZ SUEÑOS NUEVOS!