Mis amigos Kike y Elena tienen un cazador de sueños en la puerta de entrada y cada vez que la cruzo y lo veo os juro que me siento mejor. Como que estoy en un lugar de paz, zen, un lugar en el que estoy segura. Y sí, más bien será que estoy en casa de mis mejores amigos, ¿será por eso? :-) Pero os prometo que tengo esa sensación. Me encantan los cazadores de sueños. ¿Sabéis cuál es su historia? Los llaman dreamcatcher o atrapasueños y se los debemos a los indios norteamericanos.
Seguro que habéis visto cientos. Se hacen con una rama a la que se le da forma circular y se coloca sobre ella una red con un agujero en el centro. Del aro suelen colgar plumas y en la red se colocan piedras de colores, cuentas...
Los indios los colocaban en sus chozas, sobre la zona en la que dormían y así, los buenos sueños eran capturados en la malla y esa energía quedaba en el
ambiente, logrando paz y armonía, mientras que los malos sueños se escapaban a
través del agujero situado en el centro de la red y de esta forma se eliminaban las malas energías del hogar. Me encanta. Yo es que creo mucho en estas cosas.
Podéis utilizar vuestros colores de la boda o simplemente el que os guste: rosa, rojo, blanco... Creo que pueden quedar preciosos colgados de los árboles del jardín en la recepción, por ejemplo. O en algún rinconcito especial creado para la boda.
¡Espero que os haya gustado y os animéis a probarlo!
Nota: la foto de este post es de Pinterest
1 comentarios
Me parecen preciosos.
ResponderEliminar