Últimamente {bastante} no dejo de pensar y comentar con todo el mundo lo rápido que me pasa el tiempo. La vida me vuela y cada vez más deprisa. Precisamente hace un año tal día como hoy estaba en mi ciudad favorita, en Nueva York, con unos amigos a punto de vivir por primera vez los fuegos artificiales del 4 de julio. Mis amigos acaban de tener un bebé hace casi un mes. Lo que cambian las cosas en menos de un año.
París es maravillosa. Recuerdo la primera vez que la pisé. Mi marido y yo éramos novios y fue de nuestros primeros viajes juntos. Fuimos un fin de semana y nos enamoramos de la ciudad (y también un poco más de nosotros). Años más tarde volví por trabajo y hace unos meses, con mi ya marido. Y una vez más volví a comprobar que, como me pasa con Nueva York, cuando vuelves a una ciudad en la que ya has estado, la disfrutas más, de forma diferente. Las primeras veces siempre son un poco estresantes. Quieres verlo todo y no eres capaz de apreciar los detalles, los momentos. Pero luego, cuando ya has visto, te dedicas a vivir la ciudad. Eso es justo lo que hicimos esta vez, vivir París.
Fuimos en un tren de alta velocidad de Renfe - SNCF desde Barcelona. A mí me da miedo volar (aunque lo hago) y los aeropuertos (y todo el proceso desde que sales de casa hasta que subes al avión) me agobian soberanamente. Son algo más de 6 horas de trayecto que se pasan volando. El tren es comodísimo y para alguien como yo, muy bucólico y romántico; porque mientras viajas vas viendo el paisaje del Sur de Francia.
Me resulta muy gracioso cuando escucho a alguien decir la frase: "esta se ha operado la cara" o "esta se ha operado los labios". Y entonces me imagino a los cirujanos con las máquinas de constantes y los bisturís, abriendo en canal las mejillas o la boca de alguien. Y me entra la risa. Sinceramente, creo que en los tiempos que estamos ya, es muy cateto hablar así, ¿no os parece?
Algo que me encanta de las redes sociales es descubrir nuevos lugares para ir a comer, en diferentes ciudades, y, sobre todo, en la mía propia. Aquí os dejo algunos de mis restaurantes favoritos en Barcelona. Gracias al #CosmetikTrip13, pude incorporar a la lista cuatro restaurantes más, esta vez en Madrid, que os quiero recomendar porque me encantaron. Os cuento por qué.
5 razones para contratar a un wedding planner. BodaMás de El Corte Inglés
By Sonia Marnez - 3:25
Cuando recuerdo los meses en los que mi marido y yo preparábamos nuestra boda ideal, se me acaba dibujando una sonrisa en el rostro. Fueron días de emociones, de búsquedas, de risas... aunque también hubo algún momento de tensión y de no saber dónde buscar. Pocos, pero los hubo.
Tengo amigas, y siempre lo cuento, que por poco no se casan.
Los preparativos no acabaron con ellas (y con la boda) de milagro. Incluso
recuerdo que algunas, así con sinceridad, se volvieron bordes e intratables en
ese tiempo pre boda.
Esta situación a mí me producía muchísima pena. ¿Es
necesario? En los tiempos que vivimos, ¿hay necesidad de que alguien prepare uno
de los días más bonitos y especiales de su vida entre gritos, discusiones,
lloros, enfados y agobios? Ya os digo que no. Hoy en día existen profesionales
que pueden ayudarnos a tener nuestra boda perfecta y, además, ocuparse de todos
los aspectos más pesados y crispantes que conlleva diseñar y organizar un
evento de esta envergadura. Por este motivo, os recomiendo contratar a un
wedding planner para la boda y os doy 5 razones:
Esta mañana, leía en un digital, con mucha pena, que a la actriz Selena Gómez (es una niña) la habían machacado a críticas en su cuenta de Instagram por unas imágenes suyas en bikini, paseando en un barco, mientras está de vacaciones en Sydney (Australia). No es la primera vez. Ya le había pasado durante otras vacaciones en México, en la que publicó en su Instagram una foto en bañador, en una tumbona, y le llovieron lindezas como: 'está gorda', 'es un desastre', 'se enloqueció'. De verdad que me quedo perpleja.
En esta última foto, os la voy a describir, se ve a una chica feliz y relajada, pasándoselo bien, con un bikini pequeñito, porque en muchos países, afortunadamente, las mujeres no tenemos que ponernos un burka para tomar el sol; con su cuerpo sano, no con tripita, no; un cuerpo sano y con una enorme cicatriz en la pierna derecha, resultado de una cirugía de emergencia, tras sufrir una complicación en una operación de trasplante de riñón. Yo, si tuviera una cicatriz así, os aseguro que la luciría bien orgullosa. Las cicatrices son marcas de supervivencia. Su respuesta ha sido colgar en sus rrss un vídeo disfrutando de su vida con la frase: 'yo no tengo que demostrarle nada a nadie'. Y yo añadiría: 'y menos en esa chorrada'.